El sábado por la mañana nos levantamos decididos a enfrentar todos los problemas con el transporte en la ciudad para llevar a Ángel y a Katherine a dar un pequeño paseo por algunos sitios de interés, fuimos al museo de Ciencias Naturales, que se encuentra en la plaza de Armas, al museo de los Capitanes Generales que también se encuentra en la misma plaza y para terminar el recorrido fuimos a la Plaza de San Francisco de Asís, ya era algo tarde cuando nos decidimos a regresar, agotados y sedientos comenzamos a buscar algún lugar donde comprar refresco y algo ligero de comer en moneda nacional pero no lo encontramos caminamos alrededor de 10 cuadras y todos las cafeterías eran en moneda libremente convertible y nosotros no teníamos. Los niños con sed y hambrientos no entendían el por que ellos no podían disfrutar de unos helados o de unos refrescos bien fríos, es que es difícil explicarle a un niño que a sus padres no le pagan con esa moneda y el salario no alcanza para adquirirla por lo que tuvimos que esperar a llegar a la casa para calmar nuestra sed.
Ni yo misma entiendo el por que los cubanos tenemos que pasar por esta humillación, que en tu propio país para comprarle un simple helado a los niño tengas que comprar un peso que es cubano con el valor de 25 pesos también cubanos. Sin mas rodeos para comprarle un helado a cada niño necesito mas de 50 pesos cubanos porque el helado cuesta 1:25cuc, moneda la cual tenemos que comprar.